Civilidad

Otro día en microbús como es mi costumbre, me llamo la atención en las paredes las leyendas: no tirar basura, la bajada es por atrás, NO FUMAR Y NO ESCUPIR,
Pero me pregunto, que no es o debería de ser lo mas normal, parte de nuestra cultura cívica, no tirar basura en la calle, o en los transportes, o en la esquina oscura al fin que nadie nos ve, el no escupir en cualquier lado, caramba, (una vez un amigo, que jamás volví a ver me dijo, “ni modo que me lo trague” ), el no fumar en un transporte y claro, ya en ningún lugar cerrado en todo México, el colmo una vez bajando de dicho transporte, (de donde casi tuve que volar y agarrarme de un poste para no caerme y cuyo tema me gustaría “abordar “ en otra ocasión), decía… el colmo, una madre abnegada con su niño de dos años, quizá poco mas, bajándole el pantaloncito para que hiciera pipi en el camellon, si ya sé que es un niño, ya sé que es difícil que él se aguante, también sé, muchas cosas, pero no se vale por que, él, y miles de personas mas hacen lo mismo todos los días a toda hora en toda la ciudad, y no solo niños, adultos, hombres y mujeres, mascotas y perros callejeros, no se diga los mismos conductores de dichos microbuses, camiones etc. Basta caminar cualquier paradero del metro en esta cuidad (no recomendado) o en los tianguis o zonas de comercio ambulante, a que huele y como dejan, gente en su auto o en el transporte que desde dentro escupen, o tiran basura, he visto niños, muchos, que tiran basura como si nada, trabajadores de la basura, montados en el camión de la basura, arrojando basura a la calle ¿Por qué?
En la actualidad mucha gente tiene unos principios diferentes, muy respetuosos de los demás, otros, una gran parte de la población, se resiste a la civilidad o ni siquiera la conoce, cada uno tiene su trinchera para combatir de algún modo lo que no le gusta y lo que a mi me gustaría es que en el plano mundial estemos en los primeros lugares, como nos merecemos estar, y este tema es parte de el camino que debemos cubrir para lograrlo, en cuanto a educación cívica, entiéndase ésta, como el respeto al individuo, a los niños, a la mujer, al hombre, a los adultos mayores, a los que aun no nacen, a nuestra cuidad y respeto para nosotros mismos que cohabitamos en esta maravillosa capital “lastima de todas las broncas”.