miércoles, 27 de agosto de 2008

Cierto día perdía el tiempo fumándome un cigarrillo, tratando de olvidar la depresión que me tenia hundido por ya varios meses ocasionada por la falta de trabajo, la mala relación que sostenía en ese momento, y claro la falta de dinero, después de todo un día de quejarme contra todo y contra nada, vino algo a mi vida que aun hoy después de casi 15 años sigue latiendo en mi corazón y en mi mente. Me detuve a encender el cigarro frente a una improvisada cancha de fut bol donde unos 6 niños jugaban como si se tratase de una final de la liga Mexicana cada uno de ellos entregaba alma vida y corazón en cada jugada, lo que solo aquellos que aman dicho deporte saben entregar en cada encuentro, dos de estos jugadores me llamaron la atención por la pasión que derrochaban cuando estaban frente a frente, uno de ellos, el mayor, de unos 12 años delgado casi fuerte para su edad con buenas aptitudes para el fut pero con una cuestionable actitud, el otro menor quizá de 8 o 9 años de lentes, que aun durante el partido llevaba puestos y con un poco de sobrepeso pero con una actitud indomable y claro la pasión de la que hablaba, uno marcaba al otro y viceversa, en donde el mayor empujaba y discretamente le pegaba al de lentes y llegada la ocasión se burlaba o lanzaba alguna ofensa a su contrincante, la verdad es que después de verlos le perdí el interés al partido y comencé a indignarme de el abuso de este niño, casi adolescente, finalmente en una jugada entre ellos dos, el chico de lentes salio volando después del empujón que recibió de su adversario que hasta los lentes perdió, de inmediato se puso de pie y se encaro al abusivo y aun con unos 10 centímetros menos se le enfrento con una determinación envidiable, le advirtió que ni una mas o le iba a pesar al tiempo que lo empujaba del pecho y continuaba encarándole, el otro a pesar de ser mas grande retrocedió y acepto con un movimiento afirmativo de la cabeza, le cambio la cara de abusivo a sumiso y hasta el color se le fue nunca se espero que lo encararan, el pequeño dio la vuelta, fue por sus lentes, los limpio con su playera, sacudió su pantalón y grito a su equipo "SIGANLE". ¡Que lección acababa yo de recibir!
En el resto del cigarro y de partido ya no se volvió a dar ese choque, alguien por ahí metió un par de goles y termino con el que mete el siguiente gana, me encanto que el equipo que de principio se veía débil acabo por ganar con ese gol DE ORO.
La lección que me dio ese niño fue que a pesar que la vida te mete el pie, te intenta tirar y a veces acaba por ponerte en el piso, debes tener el coraje de ponerte de pie, encararla, contraatacar si es necesario, sacudirte los pantalones y seguir adelante. Esta bien sentirte mal de vez en cuando pero tú determinas cuanto tiempo quieres estar deprimido, sintiéndote mal, mejor decide ya, sacar la cara, ponerte de frente a la vida y decir: lo voy al lograr, no importa lo que intentes, yo soy mejor.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Mi buen Alex, no tenia el gusto de conocer esta faceta, me parece muy bueno tu mensaje.
felicidades, att. JCSMA

Carlos Chiver dijo...

Hola!!!

Que bueno que tomas lecciones de las experiencias que se viven hoy en dia!!!

Aqui te va otra, es algo que lei alguna vez en un extraordinario libro que te recomiendo, que se llama: "El hombre en busca del sentido" de Viktor Frankl, si tienes oportunidad leelo. El caso es que lo importante no es que esperes algo de la vida, sino que la vida espere algo de ti. . . Y a lo que quiero llegar con esto, es que no importa con que o con quienes nos tengamos que topar en el camino, la vida espera algo de nosotros, y debemos dar lo mejor de nosotros mismos, para corresponderle el inmenso favor que nos dio, al permitirnos habitarla en este lugar y en este momento. . .

Saludos, y sigue contando tus experiencias!!!